Porque no me quiero
morir así de viejo:
tirado en un asilo,
perdido en mi memoria
andando sin la rosa
que antes marcó los vientos,
con la nostalgia a cuestas
de alguna juventud;
porque tampoco quiero
arrugas en la frente
ni sobrinos ni nietos
ni flores ni coronas
ni volverme una pila
de ladrillos y portland
donde exhiban mi foto
mi placa mi recuerdo
y me tiren con flores
cuando empiece noviembre
y algún que otro domingo
perdido por las siestas;
y andar deseando cosas
que mi cuerpo archiviejo
ya no pueda soñar...
por todas esas cosas
y algunas que se escapan,
decido juntar todo
tirar al diablo el nombre
quemar el apellido,
las letras que me forman
mis números legales
mi ancianitud mi casa
y salir a la vida
con un sueño en los dientes
con la brújula roja
latidora y rabiosa
y comerme los días
con noches y con tardes
con mañanas y siestas
y beberme las nubes
hasta empachar de lluvia
y beberme
la vida
hasta embriagar
de vida.
domingo, 14 de marzo de 2010
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